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sábado, 4 de septiembre de 2010

“Solo me imaginé que era uno de mis hijos”

Duarte relata que doña María Rosario Rodríguez, abuela del menor, salió a su encuentro para preguntarle qué debía hacer para salvar su vida y la de los suyos
Tegucigalpa, Honduras
En el interior de un uniforme color caqui que irradia confianza, seguridad y fortaleza para auxiliar a la población, se encontraba un ser humano que no fue inmune ante la tragedia.

La vida de Carlos Alberto Duarte, el bombero que rescató el frágil cuerpecito del pequeño Jairo Jahir Guzmán, entre los escombros, luego que una roca aplastara su hogar en la colonia 14 de Enero, quedó marcada para siempre.

La imagen del menor cubierto de tierra y que le tocó sacar en brazos, no podría borrarla nunca, aunque quisiera. "Solo me imaginé que era uno de mis hijos. Dios, me vine de espaldas del impacto", comenta.

Y es que en los cuatro años que lleva der ser bombero estructural, Duarte dice que nunca había vivido una escena tan impactante como la del pasado domingo, cuanto participó en el rescate de las cinco víctimas que se cobraron las lluvias.

"Uno es humano y ver a esa criatura moradita de los golpes fue muy duro", relata con una voz quebrada por el llanto contenido en su garganta.

Unas horas antes de la tragedia, Duarte y cuatro compañeros más realizaban inspecciones en la ribera de la quebrada que se localiza a escasos metros de la zona del desastre.

Duarte relata que doña María Rosario Rodríguez, abuela del menor, salió a su encuentro para preguntarle qué debía hacer para salvar su vida y la de los suyos.

"Yo le di las recomendaciones. Le dije que si el agua de la quebrada subía arriba del borde del muro que sacara lo necesario y que evacuara".

Esas fueron sus últimas palabras, recordó el bombero, no sin antes agregar que la señora le comentó que todo el día había sentido miedo por las constantes lluvias.

La emergencia
A las 4:00 de la mañana que sonaron los timbres de emergencia de la estación de bomberos de El Carrizal, Duarte fue el primero en enfilarse.

"Mi superior nos puso al tanto de la situación en la 14 de Enero. Salimos con las sirenas puestas y mi sorpresa fue cuando llegué a la zona y veo a la señora que horas antes me había pedido consejo, soterrada", relata con nostalgia.

Duarte sintió una fuerte presión en el pecho, a medida iba ingresando a la casa aplastada por dos inmensas rocas del tamaño de un camión, que se desprendieron del cerro aledaño.

"Me fui de espalda al reconocer a la señora, porque recordé lo que había platicado con ella", narra al borde del llanto.

El bombero salió de la emergencia, se condujo a la estación de bomberos y lo primero que hizo fue llamar a su madre, quien vive en Juticalpa, Olancho, para preguntar por sus dos hijos: Jared de 8 años y Jesús Duarte de 5.
"Han pasado ya varias horas del rescate de los cuerpos y siento que no me pasa todavía", comenta.
Aunque nació en Tegucigalpa y a los 13 años emigró para Juticalpa, este héroe bomberil no se explica cómo se preparó para tan impactante misión.
En medio de las emergencias, Duarte ha vivido su propio drama pues hace un mes que no ve a sus tesoros más grandes: sus hijos.
http://www.elheraldo.hn/Tegucigalpa/Ediciones/2010/08/31/Noticias/Solo-me-imagine-que-era-uno-de-mis-hijos

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