El aparato es capaz de detectar el más leve susurro, ruido o movimiento de una víctima sepultada, hasta 20 metros de profundidad, tras un derrumbe o un terremoto.
Gracias a sus potentes sensores acústicos y sísmicos el localizador geofónico capta incluso la respiración de una persona inconsciente. Para cuando ya se ha localizado a la víctima, el equipo dispone de un micrófono ultrasensible y una cámara infrarroja que incluye un pequeño monitor de televisión que permite establecer comunicación con la persona durante su rescate.
Los encargados de manejar el equipo van aproximando los sensores a la zona donde se presume que está sepultado el accidentado hasta dar con su ubicación exacta. Para ello lo habitual es que se divida la zona del siniestro en cuadrículas de veinte metros cuadrados.
también se recalcó la importancia de realizar las tareas de búsqueda en un ambiente silencioso, «para así poder diferenciar el sonido relevante del meramente ambiental». De hecho, el geógrafo puede resultar ineficaz si se utiliza en situaciones de emergencia donde proliferen el ruido de ambulancias, policías, curiosos y demás elementos distorsionadores.
El aparato tiene un valor de algo más de dos millones de pesetas.
El equipo geofónico está a disposición de cualquier cuerpo de rescate que precise su utilización en caso de emergencia, tanto en una intervención dentro del país como en el extranjero.-
http://www.belt.es/noticiasmdb/home2_noticias.asp?id=3219
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