Es 10 de mayo “día de las madres”, mi hijo es bombero.
He preparado todo para que esta noche sea inolvidable.
Mi hijo bombero es para mi muy especial, aunque tenga problemas, aunque este enfermo, aunque pase disgustos familiares, siempre esta dispuesto cuando hay llamado.
Estoy segura de que Dios le cambia todo cuando alguien lo necesita.
Hoy es día de las madres, me siento contenta porque mi hijo va a estar conmigo compartiendo esta cena que he preparado para que celebremos este día tan grande.
Por fin ha llegado la hora de esperar a mi hijo, me siento contenta, emocionada, no espero ningún regalo, solo su presencia que para mi, es el mejor.
Me siento en la sala, ya todo esta listo, hasta un ramo de flores pequeño en medio de la mesa. Prendo un rato la televisión, la apago, ahora pongo música, voy a la cocina haber como va el guisado, quito la música, me pongo a barrer en donde ya esta limpio, salgo a la calle para ver si ya viene.
Es un día tan especial! El ser de mis entrañas vendrá a festejarme, siento como que esta tardando, trato de justificarlo, a lo mejor hay mucho tráfico.
Me vuelvo a sentar en la sala, me asomo por la ventana, la ansiedad empieza a convertirse en angustia, ¡ya ha tardado demasiado!. En el silencio de mi casa, me quedo dormida en el sillón, ¡mi corazón da un vuelco! Escucho la sirena de los bomberos, ¡Dios mío, que no sea nada malo, cuida a mi hijo y a todos los que van al incendio! ¡Protégelos Padre mío!, pasan las horas, para esto la sirena ha sonado varias veces, escucho la tristeza y el lamento de su llamado.
Si, esta llamando a los héroes, ese es su deber, para eso los hizo Dios, que fuera de la humanidad si no existieran estos valientes?
El llamado de Dios es también para sus familias, que en cada salida queda roto un pedazo de alma por ese hijo que va a luchar contra las llamas, para ayudar a sus semejantes, cumpliendo así el mandato divino de amar al prójimo.
Es día de las madres y estoy con el alma en un hilo, pasan las horas, no se cuantas de ellas en oración, rogándole a Dios por todos esas personas que han estado en peligro, le pido por los que perdieron su casa en el siniestro, pido para que nadie salga lastimado, las cosas materiales se reponen, pero la vida es una.
¿Se escuchan pasos, quien puede ser?, será mi hijo o alguien que me trae alguna mala noticia?, trato de calmarme, se que estoy dispuesta a recibir cualquier noticia, buena o mala, de no ser así, hubiera movido cielo y tierra para que mi hijo no fuera bombero, así que aquí estoy, abriendo la puerta, cierro mis ojos con un dejo de resignación. Veo hacia fuera y mi angustia se convierte en alegría, ¡Dios ha escuchado mis oraciones!, ahí esta mi hijo, ahí esta, con lagrimas en los ojos y con mis manos temblorosas trato de quitarle el tizne de su cara, quien con una sonrisa, me dice ¡perdóname mama! No pude llegar a tiempo, hubo un llamado y pues tuve que acudir, lo paso y le digo ¡no que perdón ni que nada! Se que eres bombero y que tienes que estar listo a cualquier hora. Y en mi mente decía ¡aunque se me desgarre el alma en cada sonido de la sirena!!Aunque en cada llamada, se me rompa el corazón! Y aunque te estaré esperando siempre con mi brazos abierto…se que un día, Dios me dirá, tu lo sabias, yo lo he llamado para ser bombero, yo lo he llamado porque la gente lo necesita, y ahora lo he llamado a mi presencia!.
Se que tu conoces a mi hijo, ese que trae uniforme, ese que ves arriba del carro de bomberos, ese que ves corriendo por la calle para alcanzar a sus compañeros, ese que lo ves con una manguera esparciendo agua al fuego, o que esta arriba de un techo, o que sale con alguien en sus brazos protegiéndolo de la las llamas, ese que hace tantas cosas a la vez, ¡ese es mi hijo!, se llama de muchas maneras, son muchos y a veces pocos, pero tiene un corazón tan grande, que vale mas que el oro y la plata, porque Dios ha puesto un don especial en el.
Ya sabes quien es mi hijo? Esta en casi todo el mundo, en todos los cuarteles de bomberos. ¡Ese es mi hijo! Y es bombero y me siento orgullosa de el. Es bombero ¡porque así Dios lo quiso!
Autor: Octavio Garavito Salazar.
Dedicado a todos los bomberos del mundo y muy en especial a los de Nogales, Sonora.
Fuente: Facebook
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